Priorat es también tierra de blancos. Región famosa en el mundo entero por sus tintos, su magia, sus grandes nombres. Álvaro Palacios, René Barbier o Ferrer Bobet resuenan en el imaginario colectivo (el del sector vino al menos) y han llevado a esta región a lo más alto, al mayor de los prestigios. Priorat, como gran zona vinícola que, sin duda es, se ha sumado a una tendencia creciente como la espuma: los vinos blancos en zonas  tradicionales de tintos.

No sabemos si esta tendencia será una cuestión de simpatía en zonas tintícamente solventes (Rioja, Priorat, Côtes-du-Rhône, Burdeos…) pero para nosotros es trending topic hace tiempo y queremos dedicarle un post a esta inclinación del sector en una de las zonas con más encanto y prestigio vínico habido y por haber.. Hemos escogido 5 vinos para que, como nosotros, caigas rendido a los pies del blanco Priorat.

5 vinos para descubrir los blancos en el Priorat

Clos Martina, de Mas d’en Blei

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Clos Martina, es uno de nuestros últimos flechazos. Tanto es así que es uno de los dos reyes de la experiencia blanco/blanco en Wineissocial de este mes de Abril y en breve podrás disfrutarlo en tu casa si tienes la suerte de ser ya miembro de nuestro club de vinos online ;D

¿Por qué es la niña de nuestros ojos, nuestro ojito derecho, el que nos ha robado el corazón? Porque es un vino que, literalmente, rompe esquemas. No es lo que esperaríamos de un blanco del Priorat. Nacido de la pasión de Jaume Farrús, ingeniero industrial con renombre en Cataluña (director de TV3 durante 6 años y posteriormente de Canal Satélite Digital, entre otros) cuyo amor por el paisaje prioratino acabó desembocando en la compra una pequeña finca de 17 hectáreas. La magia de la región le cautivó totalmente y junto al enólogo Jordi Torrella acabó configurando lo que creemos es un gran proyecto: Mas d’En Blei. Clos Martina es el fruto privilegiado de esta pasión. Blanco atípico hasta el extremo en la zona (Garnacha Blanca, Pedro Ximenez y Pansal, cupaje inusual) y con crianza en barrica es un auténtico robacorazones. Ganador de premios como el International Wine Challenge, o posicionado entre los mejores en Decanter World Wine Awards y con una limitada producción a poco más de 6,000 botellas, es un blanco muy aromático, de notas intensas que van de la fruta madura a los cítricos, pasando por el mango, y fluye en boca hacia sensaciones salinas con final de bollería y frutos secos.

Refrescante y vivo, untuoso, es un acertadísimo cupaje que te hará feliz. A nosotros sí, nos hace muy felicies. Un blanco complejo sin complejos.

L’Antagonique, de Les Cousins

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La de estos chicos criados entre cepas es una historia bonita, de esas que arrancan sonrisas. Marc y Adrià Pérez son dos primos de la misma edad que han vivido y compartido desde pequeños todo, juegos y trabajo de bodega incluido. Con una formación en sus propias bodegas familiares que muchos quisieran para si (Mas Martinet y Cims de Porrera), desde hace un tiempo dirigen juntos un emocionante proyecto de renovación y recuperación en Porrera, el corazón del Priorat, en la mismísima Cooperativa Cims de Porrera. En 2007 este proyecto ha ido tomando forma como su proyecto estrella, cosechando éxitos y atención. Son perfectos para hacer lo que es totalmente su intención: renovar y rebobinar esta zona que conocen a la perfección. Cómo no iban a conocerla si desde niños jugaron entre viñedos, crecieron entre ellos y con ellos. De este conocimiento surge su anhelo de hacer vinos como los de antes, sin disfraces de madera, recuperando la esencia del terroir excepcional de esa tierra. Con esta viticultura personal y valiente han creado este Blanc de Noirs. Un vino insólito, sorprendente y moderno. Un blanco con breve crianza de 4 meses que embauca con sus aromas a frutas blancas, flores y hierbas. Redondo y equilibrado, un vino que no deja indiferente.

Gotes Blanques, de Alfredo Arribas

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Alfredo Arribas era un reconocido arquitecto barcelonés que, un buen día, decidió dejarlo todo aparcado y lanzarse a explorar su amor por el Priorat. Su proyecto de recuperación de bancales y costers abandonados han conseguido lo que Alfredo y sus socios querían: La expresión más auténtica de las variedades estrella de la región: La Garnacha (Blanca y Tinta) y la Cariñena. Actualmente, Alfredo Arribas dirige varios proyectos, a medio camino entre el Priorat y el Montsant, zonas colidantes a las que sabe dejar fluir hasta conseguir su objetivo: Embotellar la seda del Priorat. Y la del Montsant.

Su línea de vinos Gotes fue concebida para resaltar el frescor de esta milenaria tierra. Este Gotes Blanques es uno de los vinos blancos prácticamente obligatorios para entender lo que está pasando (blancamente hablando) en esta zona. Una Garnacha Blanca de viñedos de altura súper elegante, aromática, mineral, de textura sedosa tras un trabajo de lías de 5 meses. Un imprescindible.

Les Brugueres, de La Conreria de Scala Dei

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Les Brugueres es todo un referente en el actual Priorat. Y La Conreria de Scala Dei también. Inaugurada en 1997 bajo el auspicio del Monasterio de Scala Dei, considerado el origen del vino en la comarca, este vino blanco elaborado por Jordi Vidal puede presumir de cosas que ninguno otro en la zona puede: Tener 90 puntos Parker y una producción estable de más de 30,000 botellas.

Este monovarietal de Garnacha Blanca tiene una capacidad de envejecimiento en botella sorprendente. Elaborado con uvas del viñedo que le da nombre, tras una crianza sobre sus propias lías sus aromas iniciales a fruta blanca terminan en, con recuerdos minerales. De entrada fresca y sabrosa en boca, es un vino cremoso y equilibrado. Su punto ácido no le quita persistencia en boca. Un gran vino que gusta a todos.

Escanya-Vella, de Celler Cal Batllet

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No hace falta ser muy freaky del vino para caer rendido ante este. La variedad, Escanya-velles, es una variedad totalmente autóctona, extinguida casi en su totalidad y este es el único monovarietal de ella elaborado en todo el mundo. La uva Escanya-velles, prioratina como ella sola, vive feliz entre los viñedos de Cal Batllet, en auténtica y tradicional co-plantación, mezclada alegremente entre otras tintas cepas. Su producción es escasísima y bajo el buen hacer del gran Marc Ripoll, este Vi de Vila de Gratallops, es el alma blanca del Priorat misma.

Con aromas a flores blancas, hierbas mediterráneas y cítricos, es un vino elegante, equilibrado, con un balance fluido entre fruta madura y cítricos. Un vino asombroso. Tanto como su historia.

 

Y esto es todo, amigos. Si tenéis ocasión, catad alguna de estas joyas…y si no viene la ocasión, ¡Buscadla! Seguiréis informados en Wineissocial.