Nuevos aires en los vinos de Toro

Muchas cosas están pasando en el mundo del vino. Hay una nueva generación de bodegueros que entiende la viticultura de forma personal, que rehuye ciertas sofisticaciones y que vuelve la vista atrás, recuperando tradiciones y aunándolas con nuevas tecnologías.

Los vinos de Toro han sido denostados durante muchos años. Históricamente la región dio vinos de alta graduación y no tan alta calidad, así que una nueva generación de enólogos junto con una nueva regulación en la DO está dando sus frutos. Y muy buenos frutos. Uno de estos nuevos enólogos es Álvar de Dios, cuyos primeros vinos recibieron una gran puntuación en la archifamosa guía de los vinos Parker.

Su primer vino, Aciago, se llama igual que su abuelo, de quién heredó una viña de 3 hectáreas plantadas en 1919, a unos 700 m de altitud, de unas 3000 cepas, cultivada en ecológico y conducida por el sistema de la codadura, consistente en formar un codo con el sarmiento, introduciéndolo en la tierra y dando lugar a una nueva vid. Este vino elaborado con Tinta de Toro obtuvo, sin comerlo ni beberlo, 94 puntos del ya mentado Parker, erigiéndose como enólogo revelación y participando en la renovación de los vinos de Toro.

Hemos querido que él nos explique su forma de entender y hacer crecer los vinos de Toro, así que sin más dilación rollera te dejamos con la entrevista que le hemos hecho.

 

Entrevista con Álvar de Dios

 

De ti dicen que eres una joven promesa, una estrella cuya trayectoria hay que seguir…¿Qué piensas de todo esto? ¿cómo te gustaría ser etiquetado? ¿o odias las etiquetas?

Odio las etiquetas y lo de joven promesa no me lo acabo de creer. Creo que estamos en un momento muy bonito de la enología, donde hay mucha gente que está haciendo cosas muy buenas.

Huyo de las etiquetas y tampoco me gusta tener el protagonismo. Realmente lo de Parker no me lo esperaba y me pilló todo muy grande. Llevo solo dos años y acabo de empezar. Está bien que te consideren pero se tiene que demostrar que realmente vales.

Vinos biodinámicos, ecológicos…cómo eliges el tratamiento para tus viñas y porqué.

Me repito, ¡no me gustan las etiquetas! Hay cosas que trabajo en biodinámico, otras en ecológico, pero porque creo en ello, me gusta respetar la viña, el entorno, el paisaje y el trabajo.

Hay partes que trabajo de una manera, otras de otra, no me considero bandera de ninguno de esos movimientos…hago lo que quiero e interpreto las viñas a mi manera, acertando y fallando a partes iguales.

Tu perfil como enólogo, tu forma de hacer vino dista mucho de lo convencional… ¿Cómo decidiste cuál sería tu perfil? ¿o no fue una elección?

Aunque en mi casa siempre hubo viñas familiares nunca me había parado a pensar que podría dedicarme a esto. Claro que siempre iba a ayudar, desde pequeño, pero nunca lo había visto como algo a lo que me  quisiera dedicar en serio. Básicamente fue el destino o las viñas los que me eligieron a mí…yo no me iba a dedicar a esto, me quería dedicar a los animales, a ser veterinario, pero entré en ingeniería y al final conocí a Fernando García, de casualidad, y él fue quién me enseñó el mundo del vino y hizo que me picara el gusanillo. También se lo debo a Olivier Riviére y Daniel Jiménez Landi.

 

vinos de toro alvar de dios

 

En Toro están pasando muchas cosas, tú que estás allí, cuéntanos cómo ves el futuro de estas tierras. ¿Realmente hay una nueva tendencia o es una lucha más bien solitaria aún?

Hay nueva tendencia, un poco como todo el panorama enológico español…Salen jóvenes que han visto, trabajado y estado en otras viñas, en otros países y han conocido otros proyectos. Esta gente joven empieza a trasladar lo que ha visto y vivido a sus viñas, esto está pasando en Rioja, en Ribera del Duero, en Sierra de Gredos… hay mucha gente joven con proyectos interesantes.

«Vino de Toro, medicina para todo»… nos encanta esta expresión. ¿Qué tiene de especial la zona de Toro para el vino?

Tradicionalmente es una zona con mucha vid, con mucho viñedo, que por historia eran viñedos muy viejos, casi todo lo que había era pie franco, previo a la filoxera y muchas de estas viñas han llegado a nuestros días. También hay que pensar que en el siglo XVIII y XIX la gente de Toro vivía del vino y la fruta y vivían muy bien, con una renta por cápita mucho mayor a la media…pero luego se fue aguando. Igualmente, es una zona con mucha historia.

El consumidor es cada vez más experto y exigente a la vez. ¿Cómo lo tienes en cuenta en el momento de decidir como serán tus vinos?

Mira, al final hago los vinos que me apetece a mí beber, está claro que habrá gente a la que le gusten  y gente a la que no, pero sobretodo para mí es importante que me gusten, que sean ligeros. La verdad es que soy muy crítico y me gusta hacer lo que me gusta beber a mí, sin hipocresías. Y respeto a que el consumidor sea cada vez más exigente, ¡qué bien! Cuánta más cultura del vino haya, mejor.

 

Y hasta aquí la entrevista. Si os ha picado la curiosidad sobre los nuevos vinos de Toro, aquí podéis encontrar dos de sus maravillas, Tío Uco y Vagüera. Los probáis y nos decís si es o no es un joven enólogo a tener muy en cuenta. ¡Salud!

 

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